martes, 28 de octubre de 2014

PEQUEÑAS COSAS QUE MERECEN LA PENA (2ª PARTE)


SIETE LETRAS, NOMBRE DEL MEJOR GRUPO DEL UNIVERSO Y DE, APARENTEMENTE, LA PRIMERA PARTE DE LA BIBLIA.

Don't get me started” es una expresión inglesa que siempre me ha hecho mucha gracia, primero porque me parece muy divertido que los británicos tengan una expresión tan parecida a “no me hagas hablar”, aunque, teniendo en cuenta la mezcla cultural que tenemos encima, ya me resulta imposible adivinar si es uno de esos casos en los que se trata de una frase traducida del propio inglés que después hemos adoptado por las buenas, como “like there was no tomorrow”.

Segundo, porque es el título de uno de los peores temas firmados por tito Phil, y que, en comparación, hace que “Hijou del houmbre” parezca un texto de Miguel Hernandez. Y mira que a mí me gusta la banda sonora de Tarzan, sobre todo en inglés o en castellano... sudamericano.


En todo caso, sirva esto para avisar de que, si alguien algún día me pidiese que le explicara lo que sé de Genesis, mi inequívoca respuesta sería “no me hagas hablar”. Porque un discurso de Fidel Castro – de nuevo, en comparación - os iba a parecer un corto de Notodofilmfest con respecto a todo lo que pueda decir sobre EL MEJOR GRUPO DEL UNIVERSO. Dios mío, si aún no he dicho nada y ya llevo tres párrafos.

Entremos en materia, tal y como conté en el especial de Subterranea, recuerdo perfectamente el momento en el que me transformé en un fan eterno de Genesis: fue escuchando el directo de “Seconds out” (1977), con el crescendo de “Firth of fifth”, el principio de “CinemaShow”, y con “Supper's Ready” al completo yo ya estaba totalmente entregado a la causa. El grunge, el bacalao y el indie me habían perdido para siempre, o casi, porque mira que toco una de Nirvanna en mis conciertos...

Sí, encima con la primera edición chunga en CD


También recuerdo las navidades en las invertí mis aguinaldos en una visita al Virgin Megastore de Sevilla - ¿Se acuerdan de ellos? - donde me compré cosas como el libro de Armando Gallo “From one fan to another”, el “Selling England by the pound”, el documental “Genesis: a history” y... el VHS de “Urotsukidoji”... Lo cual dice muchas cosas sobre mí....¡y ninguna buena!

Quién me iba a decir que, muchos años después habría hablado con casi todos los miembros del grupo – a falta de dos, y son calvos, más pistas no puedo dar por ahora -, en toda clase de circunstancias: desgranando la carrera en solitario de Steve Hackett mientras éste daba buena cuenta de su ron con cola en Gran Canaria, haciendo sufrir a Chris Stewart (es un decir) con mis preguntas sobre su pasado musical cuando formó parte del jurado del SEFF, agotando a un ya de por sí agotado Ray Wilson con mi grabadora entre barílles de cerveza en el “camerino” de un local valenciano, recibiendo una llamada de Tony Banks y, para este mes: ¡Mike Rutherford!


Veamos, yo sé que para muchos, no hay nada más icónico en el mundo del Ruack que Angus Young con su traje de colegial, el Boss con su guitarra a la espalda mientras recorre un escenario de punta a punta, o Jimmy Page con su Gibson de doble mástil bordando (cuando se acuerda de bordarlo, esto es) el sólo de “Stairway to heaven”. Pero para mí, no hay nada más Rock and Roll que el bueno de Mike armado con otro doble mástil, esta vez compuesto por una guitarra de 12 cuerdas y un bajo, o, aún mejor, como en la gira de “The lamb lies down on Broadway”, con 12 cuerdas y un bajo de 6.



Como a cualquier miembro de Genesis, a Mike lo considero un genio, pero no sólo por sus aportaciones a la banda como compositor, bajista o tocando la guitarra – por sus elegantes arpegios e incluso, oh sorpresa, algunos de sus sólos -, sino también por una carrera en solitario, incluyendo el placer vicisitúdico que produce “Actingvery strange” (1982) y su banda paralela, Mike and the mechanics.



A estos últimos los pude ver en directo, en Barcelona, ya que telonearon a tito Phil durante su “First Final Farewell tour”, aunque para entonces Paul Young ya había fallecido – no, no este Paul Young, aunque, para complicar las cosas, ese Paul Young había sido a su vez telonero de Genesis durante la gira del “Invisible touch” y encima grabó una versión de “Don't dream it's over” con el otro cantante de los Mechanics de entonces, el bueno de Paul Carrack, a los teclados y los coros -, lo cierto es que estuvieron geniales.

ESTE Paul Young, con su anterior grupo, Sad Café


Antes de explicar los motivos para la conversación con Rutherford, me gustaría explicar algo de su “proyecto en solitario”. Mike and the mechanics siempre han tenido un cierto problema de identidad, como el propio Rutherford ha admitido en algunas entrevistas, ya que su música, pop elegante y suave producido por señores maduros no encaja en ninguna vertiente “dura” del espectro pop. Nunca han sido tan contundentes como para ser considerados AOR, ni coquetearon con el Progresivo, ni han adaptado su sonido a un modelo acústico que los acercase a algo un poco más universal como Crowded House o Supertramp. Ergo, no hay apenas revistas, programas de televisión o radio de un estilo en particular que les sirva de plataforma para promocionarse. Hay muchos que añadirían sal a la herida aduciendo que lo que ellos hacen es música para la gente a la que no le gusta la música en realidad y escuchan a Sting, Eric Clapton, Mark Knopfler o tito Phil... hay que ser cabrón para decir esas cosas.

Pero nada de esto explica los motivos para nuestra conversación con el bueno de Mike.

Hace unos meses, a muchos fans del grupo se les hizo el culito Pepsi-Cola al ver una nueva foto de los miembros de la formación clásica (Banks, Collins, Gabriel, Hackett y Rutherford) reunidos. Y aún más Pepsi-cola se les hizo cuando las redes sociales oficiales del grupo colocaron una extraña foto como portada anunciando “excitantes noticias”. ¿Hype? ¿Qué es eso?


Estas dos imágenes, para ser exactos

Cualquier visita a webs como “Genesis-news” despejaban la duda con facilidad: todo tenía que ver con el nuevo documental y recopilatorio que iba a lanzarse en breve. El documental, en su versión televisiva se ha llamado “Genesis: together and apart”, si bien para su próximo lanzamiento en formato físico adopta el nombre de “The sum of the parts”.

¿Qué lo hace distinto del vetusto “A history”, “The Genesis songbook” o las horas y horas de entrevistas que aparecen en lasreediciones de su álbumes? Pues que está grabado en HD y que, se supone, por primera vez, se destacan las trayectorias individuales de cada miembro. Y digo “se supone” porque en “A history” ya se hacía algo de hincapié en ellas, lo más gracioso es que toda la idea de este nuevo reportaje empezó porque el director de Eagle Rock – a estas alturas LA productora audiovisual del Rock -, coleguilla de Rutherford, le había sugerido hacer un documental sobre EL MEJOR DISCO DE TODOS LOS TIEMPOS, también conocido como “The lamb lies down on Broadway”. Pero Mike le dijo que, si bien eso era interesante, aún más iba a serlo analizar el gran corpus creativo que habían sumado todos los que han pasado por Genesis ¡No Mike, lo de “The lamb” era mucho mejor de aquí a Lima!



La pena es que de todo esto no me enteré hasta DESPUES de nuestra conversación, de igual forma, “Together and apart” no se estrenó en la BBC hasta una semana y pico después de la entrevista. Con lo cual Rutherford se libró de que le echase la bronca porque en el montaje se ignora por las buenas la carrera en solitario de Steve Hackett. Algo especialmente sangrante cuando en 1986, el guitarrista estaba también disfrutando de un dulce momento comercial – al igual que el resto del grupo en sus respectivas trayectorias – con su supergrupo GTR. Y la cosa empeora cuando se elimina de un plumazo toda referencia a “Calling all stations” y, por ende, a Ray Wilson.




Que no se me malinterprete, el documental está muy bien montado, - e incluye el aparentemente inevitable efecto de hacer tridimensionales las fotos de archivo -, es tremendamente divertido ver a los cinco compartir ratos en un estudio tomándose el pelo y contemplar algunas grabaciones de vídeos recuperados que se pensaba nunca llegarían a ver la luz – como el mítico show del festival en el “Roundhouse” en el que también estaba presente un David Bowie pre-glam -, pero tal y como he explicado, hay ciertas omisiones que a mí al menos, se me antojan como imperdonables.

Pero nada de eso quita para que me hiciera mucha ilusión mi media hora de charla con Mike, un señor que aún mantiene los modales de aristócrata británico que tan nerviosa ponían a Gail Colson, otrora manager de Gabriel y Peter Hammill. Para completar la estampa, poco antes de colgar me contó que estaba llamando desde Sotogrande ¿Desde dónde sino iba a hacerlo un señor de su categoría? A punto estuve de decirle, “ey Mike, si me aguantas un par de horas, cojo el coche y nos vemos en Torreguadiaro (el “pueblo-pueblo” colindante con la urbanización de lujo) que a mí esto de pagar 8 euros por una coca-cola me parece un poco excesivo”.



A pesar de que, en esta ocasión no pude eludir algunas preguntas típicas, logré salirme un poco del guión promocional al referirme a su auto biografía “The living years”. Algo que agradeció, para que vean el nivel de sus modales le expliqué que al editarse dicho volumen, intentamos ponernos en contacto con él, pero las capas y capas de managers lo hicieron imposible. ¿Su respuesta? “Oh, sorry”, dicho con lo que parecía un genuino tono de excusa compungida. Lo dicho, un caballero. Ah, y si se lo preguntan, sí, logré no ser una fan histérica en esta ocasión, y no señalar cosas como que los dos somos libra y que nuestros cumpleaños están a dos días de distancia. O que a mi la gente tampoco suele entenderme cuando hablo.

Para aliviar un poco el disgusto del documental, ahí está el nuevo recopilatorio “R-Kive” - no, no pasará a la historia como el mejor título imaginado, sobre todo teniendo en cuenta que ya existen dos “Archive” - en el que sí se hace un repaso más equitativo de las carreras de Genesis y de sus miembros por separado. Ah, y como a Mike le ha dado mucha pena el no poder incluir ningún tema cantando por Paul Young en el triple CD, pues ahí va uno.



Algo más que “el gordito que toca la guitarra como los ángeles”


¿Que tu grupo favorito es Genesis y que también te encanta Marillion? Qué sorpresa ¿No? Bueno, vale, no lo es. Pero tal y como explico en la introducción de mi entrevista con Steve Rothery, soy raro hasta para estas cosas: me gustan más los discos de Marillion con Steve Hogarth a las voces o los de Fish en solitario que la tetralogía inicial de la banda. Algo que extrañó al propio guitarrista, -”¡Yeah, that's really strange!” fueron sus palabras -, pero que al tiempo le hizo mucha gracia.



Si bien siempre intento no ser muy pesado con lo que me gusta Genesis, ni ellos necesitan mucha promoción, con gente como Marillion, Spock's Beard o Jolly no puedo dejar de cantar sus alabanzas siempre que tengo oportunidad. Por supuesto, a todos nos gustan bandas que, en nuestra opinión deberían disfrutar de un éxito mucho mayor que el poseen, pero en el caso de Marillion es aún más triste porque muchos los consideran unas glorias pasadas de los 80. Tal y como se explicó en un programa de la televisión británica, su caso es aún peor que el de ser ajenos a las corrientes principales, ya que ellos fueron parte de esa corriente años atrás.

Y encima he podido hablar con todos ellos, y todos son unos tíos geniales. Como ya he contado en alguna ocasión, siempre hay un peligro a la hora de acercarte a tus ídolos, y es descubrir que son unos gilipollas de tomo y lomo. Puedo afirmar sin tapujos que en el caso de Genesis y Marillion, (y puedo añadir muchos más músicos del género a la lista), me he encontrado unas personas muy reales, educadas, y de un trato excepcional...¡Aunque Steve Hogarth y PeteTrewavas hablan tanto que casi no puedo meter baza con las preguntas!!!!



En el caso de Rothery, ese señor que siempre nos tiene preocupados a los fans por su sobrepeso y porque nos rompe el corazón con cada solo de guitarra, redondeó la jugada al confesarse fan del “Sandman” de Neil Gaiman... algo que me me hubiera alegrado aún más si, durante la entrevista, no hubiese deseado morirme por culpa de un absurdo resfriado (o gripe) estival. Pero si recuerdan la primera vez que hablé con Peter Hammill, esto de entrevistar en un estado de salud penoso no me resulta ajeno. Lo peor es que ese mismo día me venía bien juntar tres entrevistas a distancia... Al escuchar las grabaciones posteriormente aún me pregunto cómo fui capaz de articular preguntas con sentido...

Hablé con Rothery por el lanzamiento de “Live in Rome”, un directo que incluye buena parte de los temas que forman parte de “The ghost of Pripyat”, su primera grabación que lanza bajo su propio nombre, una obra instrumental que recomiendo encarecidamente.



Steve se mostró como un contertulio brillante – que es más de lo que se podía decir de mí aquel día -, lleno de buen humor, culto y... en fin, qué más puedo decir de un genio de las cuerdas. Una vez más:¡Compren!!!!

¡¡¡¡BARCELONAAAAAAAA! (John Wesley band + Flying Colors)

No visitaba la ciudad condal desde el concierto de Roger Waters con su nuevo montaje de “The Wall”, en 2011, y la verdad es que me sigue encantado. Ciertamente, con las señeras presentes en más de un balcón ( y en más de dos), es fácil sentir un resurgimiento del sentir independentista. Pero también es cierto que al hablar con la gente, te das cuenta de que hay mucho de usar como ariete a la población por parte de los medios y de la clase política – no sólo en Cataluña – , mientras que no pocos preferirían dejar la independencia y su promoción como una cuestión muy secundaria, para gastar ese dinero en mejorar las escuelas y en los hospitales.

Wes y Sean


Odio usar el término “minoría silenciosa” , más que nada porque lo acuñó Richard Nixon en su día, pero lo cierto es que, cuando vuelvo a Sevilla, me encuentro con personas cuya antipatía hacia todo lo catalán parece más nacida de lo que vemos en las redes sociales o en los medios de comunicación que de hablar con la gente de allí. Y eso me parece una auténtica mierda.

Pero este no es un blog de política, aunque también es verdad que casi no es un blog sobre coches (como asegura su título), aunque esta es una entrada sobre música y toca hablar de mis motivos para visitar Barcelona: John Wesley y el enésimo supergrupo de Mike Portnoy, Flying Colors.

Dos tercios de Flying Colors


Como algunos de ustedes recordarán, entrevisté a Wesley hace unos meses por motivo del lanzamiento de su “Disconnect”, una obra más que correcta. Pero si verle sobre las tablas no fuera suficiente acicate, resulta que en su grupo está integrado Sean Malone.


Con el bueno de Wes y el bueno de Sean, gracias mil a Aitor Nova. Sí, la cara de cansancio es equivalente a la satisfacción

¿Quién es Sean Malone? Para algunos será conocido como el bajista de los metaleros progresivos Cynic, pero para mí es, ante todo, el hombre detrás de Gordian Knot. “¿Qué es un Gordian Knot?” Os oigo preguntar, bueno, un “nudo gordiano” es un tema de mitología griega, pero es también un proyecto instrumental que Malone montó hace unos años y cuyo segundo disco, el monumental “Emergent” (2003) – con aportaciones de Steve Hackett y Bill Bruford -, me llegó a casa hace años, poco antes de salir para Barcelona, hacia otro concierto de Roger Waters, en aquel caso para la gira de “In the flesh”, la que significó su reencuentro con los fans del Viejo Continente.

Misión cumplida


No sé cuantas veces escuché ese disco durante el viaje en mi vetusto Discman (no aquel cuya foto colgué hace tiempo, sino otro), puede que tantas como el “Amused to death” de Waters. Pero si hay un recuerdo que siempre asociaré con “Emergent” y más concretamente con el tema al Stick “Grace”, es el de esa carretera negra, eterna que recorrió el autobús (sí, he dicho autobús), durante buena parte de la noche y el día siguiente. Por si se lo preguntan, este último viaje a Barcelona lo hice con Ryanair, con lo que se tarda mucho menos en llegar, pero uno se siente tan atocinado como si viajase sobre ruedas, y mira que decían que el trato había mejorado...



Después de los dos impresionantes conciertos -¡lean mi crítica, cojones! -, Wesley se quedó al lado de mesa de merchandising para saludar y firmar a los asistentes, confirmando su fama como el Michael Palin del Progresivo, esto es, alguien que es simpático con todo el mundo y que le cae bien a todos.

Como muestra, un botón: cuando le recordé lo de la entrevista se deshizo en agradecimientos, y cuando le pregunté si Malone estaba cerca, no dudó en acercarse al backstage para “traérmelo”. ¿Qué puedo decir sobre uno de los bajistas más increíbles sobre la faz de la tierra? Pues que, para colmo, es también un tipo de trato estupendo. Esta vez no pude aguantarme y le tuve que contar la historia sobre el periplo para ver a Waters con su disco en rotación continua. Y no huyo despavorido al escucharme, sino que le pareció muy bien.

Hablamos un poco sobre sus proyectos, el futuro recopilatorio de Cynic, de cómo es tan fan de Wesley como éste lo es de él y.... bueno, fue genial.

Lo dicho, pequeñas cosas que hacen que los viajes, las pocas horas de sueño y el devanarse los sesos con esta cosa que es la música, merezcan la pena. Último volumen el mes que viene.


Epílogo: ¡Reseñas a go-go! (A encontrar en la revista, esto es)





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